La galería de las Batallas

La galería de las Batallas

El mayor espacio de las Galerías históricas de Versalles es la galería de las Batallas. Ocupa prácticamente toda la primera planta del ala Sur del palacio en dos alturas, hasta el tejado. Concebida y realizada a partir de 1833, se inauguró solemnemente el 10 de junio de 1837 y constituye, entonces, el punto álgido de la visita del museo.

Luís Felipe reunió en ella treinta y tres cuadros de las grandes batallas que contribuyeron a la construcción de Francia, desde la de Tolbiac, en 496, hasta la de Wagram, en 1809. Todas las dinastías que reinaron en Francia ocupan un lugar (Merovingios, Carolingios, Capetos, Valois, Borbones) y a ellas se suman la Revolución y Napoleón I. Su mensaje es simple: Francia se ha construido mediante combates contra los enemigos del interior y el exterior; ahora se encuentra en un estado glorioso y tranquilo y está lista para entrar en una nueva era basada en la paz y la prosperidad.

Los cuatro cuadros más grandes son encargos de los regímenes anteriores, el Imperio (Austerlitz, de Gérard) y la Restauración (La entrada de Enrique IV en París, de Gérard, Bouvines y Fontenoy, de Horace Vernet). El resto los realizaron para la galería, entre 1834 y 1845, pintores de historia del monumento, Alaux, Bouchot, Couder, Delacroix, E. Devéria, Féron, Fragonard hijo, Franque, Heim, Larivière, Mauzaisse, Picot, los hermanos Scheffer, Schnetz, Schopin, Steuben y H. Vernet.

La arquitectura de la galería, elaborada por Frédéric Nepveu, sin duda con los consejos de Pierre-Léonard Fontaine, evoca los proyectos de éste para la Gran galería del Louvre durante del Consulado y el Imperio. Constituye un espacio solemne, ornado con saledizos de columnas, iluminado mediante cristaleras en la bóveda, y ricamente decorado con mármoles y estucos pintados y dorados.

La galería también se concibe como un panteón de las glorias nacionales ya que presenta una serie de ochenta bustos de oficiales célebres fallecidos en combate, así como placas de bronce con el nombre de muchos otros.

Desde su inauguración, la galería ha permanecido intacta, completa todas las obras encargadas por el Rey-ciudadano para su decoración. Sigue siendo uno de los testimonios más impresionantes del proyecto de Luís Felipe para Versalles y uno de los más hermosos ejemplos de grandes acondicionamientos de museos de siglos XIX.

 

 

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